Una semana que ha dejado huella

Esta semana ha sido una de las mejores y más rápidas de mi vida. Parece que fue ayer cuando estábamos esperando impacientes que llegara el autobús. A raíz de ahí, todos los días han pasado muy deprisa: el viernes la cena todos juntos, el sábado viaje a Salamanca, el domingo en el campo, el martes visita a Toledo, el miércoles ‘La Eurocanción’, el jueves visita a Trujillo y el viernes despedida...

 

A todo el mundo la palabra intercambio le suena a “una persona extraña en tu casa, que además habla otro idioma” o también “tú en casa de una persona extraña con una familia que no conoces hablando otro idioma”. Pero el intercambio no es sólo eso; yo lo definiría cómo una experiencia única, principalmente, para aprender, pero también para hacer nuevas amistades; y no amistades de dos semanas, como dura el intercambio, sino amistades de verdad, como hermanos, que es lo que somos los 50 alumnos que participamos en este intercambio. 

Puede que suene un poco raro que personas con las que sólo llevas una semana tengan una amistad tan fuerte, pero creo que cualquiera de los otros 49 chicos que participan en esto me entienden perfectamente. Ellos han vivido esta semana conmigo, esta fantástica e increíble semana que nunca olvidaremos. Y la verdad que estoy agradecida de que personas tan maravillosas como ellas hayan entrado en mi vida.

Tanto franceses como españoles nos hemos vuelto inseparables; y es que, nos han dejado huella, al igual que nosotros a ellos.